En nuestra vida cotidiana, por lo general sin darnos cuenta ni quererlo, discriminamos a otras personas porque no comparten nuestra condición económica o tienen algún tipo de capacidad diferente; porque nacieron en otro contexto cultural, profesan una fe diferente de la nuestra o simplemente porque no nos coincidimos en ciertos aspectos culturales.
Sin embargo, todos tenemos las mismas necesidades: requerimos alimento, vivienda y cuidados; enfermamos y reímos; crecemos y morimos. En fin, los seres humanos compartimos las características correspondientes a nuestra especie, sin importar el nivel socioeconómico, la religión, la estatura, la complexión física o el color de la piel.
Como adolescente, tú tienes el compromiso de comprender y respetar a tus compañeros porque, como ya dijimos, de la misma forma tienes el derecho a ser respetado.
“El físico, el nivel socioeconómico, la religión o cualquier otra cosa no importan lo que realmente importa es que todos vivimos en el mismo planeta y todos debemos aprender a tolerar las pequeñas diferencias que tenemos entre unos y otros”
Juan Manuel Ortega Varela 13 años. 2G
Fuente de información: Libro de formación cívica y ética
Editorial: Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario