jueves, 10 de junio de 2010

Reflexión sobre las repercusiones de las acciones de personas y grupos

La inteligencia es un factor determinante que repercute en las acciones diarias; comprende habilidades y aptitudes que comienzan a desarrollarse cuando el ser humano inicia su proceso de aprendizaje, y le permiten responder en diferentes situaciones de la vida cotidiana.
Como pudiste comprobar en el caso anterior, razonar una situación te permite actuar con inteligencia e inferir cuales son las consecuencias de tu participación.
Además, las acciones de una persona no solo la afectan a ella, también repercuten en el desarrollo de la sociedad.
Muchas personas actuamos de manera egoísta, buscamos la estabilidad y el bienestar individual sin importarnos el resto de la sociedad. Ese egoísmo no nos deja ver más allá de nosotros mismos y nos impide crecer. En cambio, si pensamos en el bien de otro y no solo en el nuestro, creamos armonía y equidad, lo cual se suscitara el crecimiento personal en una vivencia de valores, al mismo tiempo que contribuirá con el desarrollo de nuestra comunidad.
Todos somos parte de la sociedad, nadie puede actuar de manera aislada porque las acciones de unos afectan a los demás, por mas simples que sean.
Pensar en los demás es una habilidad que, trabajada por todos, nos permite vivir en solidaridad. La solidaridad es un valor que puede hacer que los seres humanos se sientan acompañados y que reconozcan la importancia de convivir con sus semejantes, pues el ser humano no puede alejarse de las personas e intentar desarrollar sus capacidades de manera independiente.

“Convivir con las personas a veces crea tenciones. Ser distintos provoca que no siempre coincidamos en la manera de pensar o de ver las cosas. Por ello, debemos aprender a ser tolerantes y aceptar las diferencias”

Emiliano Delgadillo Álvarez 14 años 2G
Fuente de información: Libro de formación cívica y ética
Editorial: Castillo

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